Los Angeles.

Entre sonrisas y preguntas sobre nuestra hazaña pasamos la frontera con los EEUU sin ni siquiera realizar la salida oficial de Mexico. Que agradable comienzo, si no fuera por la lluvia que nos tiene empapados podría decir que ha sido una de las líneas imaginarias más fáciles de cruzar.

Grandes cadenas de comida y ropa nos dan la bienvenida en esta parte del país donde se junta todo lo que el forastero desea encontrar al cruzar la frontera.

Queremos alcanzar Los Angeles lo antes posible, y entre grandes avenidas vamos dirigiéndonos hacia la gran ciudad. Nunca abandonamos las calles residenciales o comerciales, esta parte de la costa Pacífica esta completamente llena de lujosas residencias. Frente a un concesionario de Ferrari cumplo mis 20.000 km pedaleando, me veo pasar por el reflejo del escaparate mientras al otro lado relucen maravillosas maquinas de color rojo, sonrio mirando al frente, e imagino por cuantos años podría seguir viajando con el dinero de un coche como esos…

Camino a Los Angeles. Foto de Instagram.

Bea atravesando uno de los parkings de playa. Las auto caravanas son la base de las vacaciones en EEUU. Foto de Iphone.

Dormir es difícil en esta parte del camino. Un monton de normas me pillan de improvisto y no se como moverme para encontrar un lugar seguro donde montar mi casa de tela. Con lo sencillo que me había sido hasta ahora. Despues de varias vueltas y quebraderos de cabeza el pequeño edificio de unos baños públicos en el parking de una playa me parece un lugar maravilloso para protegerme del gélido viento que corre tras la puesta del sol. Preparo un café mientras Bea revisa no se que cosa de su bicicleta cuando una chica, como sacada de un anuncio de Nike, se para frente a nosotros y sonriendo nos pregunta sobre nuestra aventura. -Darme unos minutos que vaya a mi casa para preguntarle a mi novio si le importa y vengo a buscarles. Tenemos una cena deliciosa!– dice mientras corriendo se aleja en la oscuridad del parking dirigiéndose hacia las luces del fondo. 30 minutos después estábamos al calor de un hogar, bebiendo vino sobre la moqueta del salón, y compartiendo una maravillosa cena vegetariana.

Tenemos la sensación de haber estado entrando en LA desde que salimos de Tijuana, pero es ahora, bajo un día gris que conjunta a la perfeccion con la periferia de esta urbe, cuando por fin nos dirijimos entre el tráfico hacia nuestro hogar por los próximos días.

Pascu lleva viviendo aquí desde aproximadamente 20 años. En 2009 fue la última vez que lo vi, no estando seguro de si era la primera. A pesar de no haber compartido más de 5 días seguidos en nuestra vida nos tratamos como si toda una vida nos uniera.

Izq, a derch. J, Coco, Pascu, Chola J es el compañero de Pascu. trabaja con las manos la madera y realiza asombrosas cosas que vende en su web http://www.j1studio.com Pascu vive del arte desde hace 20 años en LA. siempre me asombra con sus nuevas creaciones. http://www.pascualsisto.com

Abre las puertas de su casa con los brazos abiertos. Es increíble estar aquí, he hablado con Pascu muchas veces por internet a lo largo de mi viaje, y de repente estoy saboreando una deliciosa fideuá que acaba de cocinar.

Mi equipo fotográfico ha llegado en perfectas condiciones a su casa, además del regalo que me manda Adventure cycling por mi doble galardón en su concurso de videos. La casa esta llena de juguetes nuevos!

Tenia mi cámara nueva en las manos, con ganas de sacar fotos a cualquier cosa, y de repente me paré a observar algo que forma parte de mi dia a dia, una escena maravillosa. Foto de instagram.

En la playa de Venice, Los Angeles, se disfruta siempre de los atardeceres

Cinco días dan para mucho, pero pasan volando. Dejamos poco a poco el ruido de la ciudad y comenzamos a escalar las montañas que nos llevaran al norte.

Elegir las carreteras secundarias de EEUU nunca pensé que fuera tan divertido.

Mi primo Pascu me regalo estas maravillosas placas solares por mi cumpleaños. Gracias!

Enfrentamos con cada pedalada el invierno que sopla por entre los valles. Las noches se hacen de nuevo agradables bajo el calor de las plumas, y las mañanas se arman de paciencia con olor a café caliente esperando ver los primeros rayos del sol. Vuelvo a sentir la libertad de la montaña, de las noches estrelladas, de pedalear por el mundo como si el tiempo nunca pasara.

Aparcar las bicicletas, montar el campamento y pensar que vamos a comer hoy es algo que nos pone especialmente contentos.

Campamento bajo el mismo cielo de siempre, sobre un terreno diferente.

Todas las fotografias, excepto las marcadas como tomadas con el teléfono, estan realizadas con mi nueva Fujifilm xt1. Realizare un apartado sobre la cámara mas adelante en la sección de equipamiento.