Nuevos vientos. Bolivia.
Empujo la bicicleta un par de metros con el pie puesto en el pedal y me subo en marcha sobre ella. Que agradable sensación, volver a rodar.
Comienza una nueva etapa de viaje, sin darme cuenta apenas, estoy pedaleando por el oeste de Brasil, a más de 1000km de donde me encontraba la ultima vez (Río de Janeiro) y a unos 500km de la frontera con Bolivia, mi próximo destino.
Me siento feliz, y creía que Makalu también, con ganas de avanzar sobre horizontes desconocidos llenos de paisajes y personas diferentes, pero a tan solo 30 km de nuestro nuevo comienzo algo extraño sucede con la transmisión de la bicicleta. Se ha roto “el eje” de la rueda trasera. También llamado Manzana, cubo o masa. No Se ha roto por la mitad, ha perdido el engranaje, por lo que cuando giro los pedales la rueda no gira, no hay nada ahora que le transmita mi esfuerzo a la rueda… Por suerte estoy cerca de un pueblo y no en medio de la carretera. Voy en busca de ayuda.
Fabio vive con su mujer, Patricia, y su hija Onieli. Tienen una humilde bicicleteria en la que se dedica a reparar las bicicletas de sus vecinos. Cuando llego yo con Makalu convaleciente, le encanta el reto.
En seguida comienza a llamar a la ciudad de Campo Grande para conseguirme la cotización de la pieza necesaria. Da todo tipo de explicaciones mientras tiene la rueda desmontada en la mano y con un martillo trata de desmontar la pieza en cuestión. – No no déjalo asi- le digo -…si no importa… – Sufriendo con el manejo de su martillo golpeando mi rueda… En menos de una hora ha conseguido localizar una persona que me trae la pieza hasta allí.
Bebemos tereré y me pregunta todo tipo de dudas acerca de mi viaje, su hija Onieli juega alrededor nuestro y Patricia mientras entra y sale de la cocina, nos mira con una sonrisa.
Fabio trabaja en el taller durante el día. Se despierta a las 6 de la mañana para comenzar su tarea y cierra por la tarde alrededor de las 18-19. Pero al guardar las bicicletas no se da una ducha para sentarse a jugar con su hija y beber un tereré, se cambia de ropa y se viste entero de blanco. Botas de goma y ropa de abrigo que contrasta con el calor que azota. Se dirige a su segundo trabajo, un frigorífico de carne en el que trabaja hasta altas horas de la noche ya que el dinero del taller no es suficiente.
Todo esto no me lo cuenta mientras comemos el abundante plato de carne con arroz y frijoles que nos acaba de servir Patricia, él habla de otras cosas, siempre alegre, saludando a toda persona que pasa por la calle, por que aquí nos encontramos, sentados sobre un taburete en la calle con un plato de comida sobre las rodillas.
Como era de esperar, la pieza no llego como creímos en un primer momento por la tarde. Ni tampoco a la mañana siguiente temprano, llegó en la tarde del siguiente día, por lo que no me pude ir hasta el tercer día.
Me convertí en un hijo más para Fabio y Patricia, a pesar de ser yo más viejo que ellos, y compartimos dos noches y tres días en los que yo ayudaba por el día a Fabio con las bicicletas y por las noches me sentaba con Patricia al fresco de la noche a beber un tereré mientras veíamos llover y Onieli se columpiaba.
Makalu está como nueva, vuelvo a la carretera. Tengo la sensación de que mi llegada a la frontera boliviana va a ser un paseo de 500km por carreteras sencillas y sin relieve, sin dificultades, y con un paisaje hermoso que disfrutar…pero en realidad no se lo que me espera.
Poco a poco voy introduciéndome en el Pantanal, una reserva natural que alberga a millones de especies animales. Cocodrilos, capivaras, lagartos, leopardos, serpientes, arañas y muchas aves diferentes. De todo me voy encontrando en el camino, a veces muertos en el arcén y otras huyendo a mi paso.
El camino se me hace muy duro, no estoy acostumbrado a soportar este calor y la necesidad de beber agua se me convierte en un problema. Más de 6 litros diarios es lo que consumo en un trayecto de unos 90 km. No hay sombras en el camino que me permitan parar a descansar, por lo que cuando quiero reposar pedaleo mas despacio, cambio mi postura sobre la bicicleta para descansar el culo y sigo avanzando lentamente para que el aire siga dándome en la cara.
Los pueblos distan a unas distancias de unos 40 km como mínimo, y no en todos tienes agua que beber ya que en esta zona es bastante salobre y es imbebible, por lo que necesito comprar varias botellas allí donde veo. Más peso a la bicicleta.
Otro factor en contra es el viento, y por lo tanto mi velocidad más lenta a pesar del esfuerzo. Ni siquiera es agradable esta brisa, me recuerda a cuando abres el horno para mirar como va lo que se cocina dentro y el aire caliente te envuelve la cara.
A decir verdad han sido días muy duros, sobre todo para este comienzo, donde todos los elementos me pillan por sorpresa y mi cabeza aun esta bañándose en las cristalinas aguas de las costas brasileñas… creo, sinceramente, que esta parte de camino ha sido la más dura físicamente en todo el viaje, restando aquel tramo de ruta 40 saliendo de Mendoza, Argentina, que jamás olvidaré.
Pero siempre hay algo que me levanta la sonrisa, y el vuelo de un Tucán a escasos metros míos o el de una pareja de Guacamayos de colores azul y amarillo me hacen mirar al infinito horizonte de la carretera con optimismo.
En cuestión de días le cojo el ritmo al calor, el paisaje se va haciendo cada vez más bonito y sin darme cuenta me encuentro delante de la frontera Boliviana, una línea imaginaria sobre la tierra que separa dos mundos completamente diferentes.
Mi viaje vuelve a dar un giro de 180 grados. Un nuevo país por delante al que he de acostumbrarme lo mas rápido posible para continuar pedaleando. Cambian las costumbres, las comidas, los alojamientos, los precios, la moneda, la forma de indicar las direcciones, las gasolineras… cosas tan sencillas pero tan imprescindibles para viajar en bicicleta.
Me interno en este nuevo país bajo el mismo sol abrasador que venia golpeándome estos días pasados. Voy cauteloso, preguntando a todo el mundo las distancias y los pueblos que encontraré, no tengo ninguna información de esta carretera y conseguir un mapa veo que es imposible, o al menos de momento.
Las respuestas son de lo más variadas, incluso algunos ni siquiera saben nada…nunca han salido del pueblo donde se encuentran, y solo saben que por esta carretera se llega a la capital del estado de Santa Cruz, eso es todo. Las distancias se dan en horas de coche, nadie me habla de kilómetros y cuando pregunto por un mapa todos me dicen que en la ciudad encontraré… a 9 horas de coche!! (unos 600km)
Las carreteras continúan siendo infinitas líneas rectas sin sombras que atraviesan inmensos campos salvajes llenos de animales. Un pueblo cada 20 km esta siendo la media, pero no es un recurso para fiarse, a veces llego a un pueblo y no encuentro absolutamente nada más que cerdos y vacas por el camino de tierra roja que lo atraviesa, el resto es silencio. Otras veces son un poco más grandes, y los cerdos y vacas pastan libremente por la plaza de hierva alrededor del cual se agrupan las casas. Una casa vende pan, otra bebidas y en el centro de la plaza una bomba de agua manual surte a todo el pueblo. Cuando me ven llegar todos me dedican una sonrisa y un buenos días o buenas tardes según corresponda, es un agrado.
-Alli puedes dormir, bajo aquel techo, es del pueblo.
-Alli tienes la bomba de agua, si quieres puedes ducharte, el agua es de todos.
-Si quieres pan aquella señora hace, y allí, en la casa amarilla, venden soda fría.
-¿De donde vienes? -de Chile respondo, pero soy de España -¿¿¿en bicicleta??? Y cuantos días has tardado!!
Algunos se acercan a compartir un tereré bien frio mientras miran la bicicleta, otros al verme pasear al atardecer me invitan a tomar un café para que les cuente historias de otros lugares… y me sorprendió un detalle, algunos hacen la pregunta típica de cuantas ruedas he cambiado ya y cosas asi, algo normal, pero lo que me han preguntado muchas veces, y nunca lo habían hecho antes en todo mi viaje es –¿Y como son las personas en esos países por donde has pasado?
El calor me tiene atontado, es demasiado fuerte pero le estoy cogiendo el tranquillo. He visto algún pequeño río marrón en el camino, pero no me han dado ninguna gana de mojarme…y tiene su explicación. Ya soy yo bastante miedoso con el agua en general, no es una fobia pero si un respeto, y el otro día un señor me dijo… – Alli más adelante tienes un río donde te puedes bañar, pero no te metas entero que hay muchas pirañas y es peligroso. Mientras su mujer me mostraba su dedo con una mordida de dos días atrás. Como comprenderéis no se si estoy mejor sin bañarme, pero lo que si estoy seguro, es que estoy más relajado, eso sin duda.
Hoy tengo pensado parar a dormir en un pueblo llamado Aguas Calientes, me pilla a una distancia de 80km y si no paro ahí me tengo que ir hasta Roboré que esta a 30 más, asi que esa es la meta que me propongo para el día de hoy. Nadie le dio ninguna importancia a este pueblo, excepto un señor que encontré en la carretera, – Es un buen lugar para hacer camping, y tiene agua termal – me dijo.
Jamás imaginé que llegaría a este paraíso.
Agua termal surge de entre la arena formando un rio completo de agua caliente. A modo de pequeños geyser el agua brota levantando la arena del fondo del río formando pozos donde uno puede enterrarse. Nadar, caminar, tumbarse con la cabeza apoyada sobre un tronco o pasear bajo la lluvia…jamás en mi vida había visto unas termas de esta proporción.
El resto, os lo explico con la fotografías, no se como hacerlo en palabras.

Puralina y Reina han terminado de vender zumos y empanadas en la zona de camping, ahora les toca jugar como corresponde.

Rene y Reina son hermanos, Puralina su prima. Juntos trabajan durante el día y juntos juegan por la tarde.

Puralina es de Aguas Calientes, y con 10 años vende zumos y empanadas durante el día en la zona de camping. Al final del día descansa.

Hemos pasado toda la tarde juntos jugando en el agua, sacandonos fotos, y explorando por el río. Al final nos hacemos nuestra foto de grupo para el recuerdo.
Estos son momentos que solo te regala un viaje. Llegar a un lugar “x” en donde las circunstancias se conjugan a favor de ti, te regala un instante que te hace sonreír y que no se borra en tan solo unas horas, se guarda como tesoro en los recuerdos para dejarla brotar de nuevo en cualquier momento.
Hace unos días pasaba calor y sed sobre las carreteras de Pantanal, ahora este momento me lleva a la felicidad, por que creemos que el viento siempre sopla en nuestra contra, pero realmente se prepara para empujarnos por la espalda.
fotones los de los niños en el agua. pero la tuya nocturna, es otro nivel, amigo.
Que me lo digas tu me llena de orgullo! y por supuesto me pone una sonrisa en la cara, gracias!
estoy con alvaro.y añado que eres de otra pasta amigo.un abrazo,
Jajaja muchas gracias!
Juanito campeón. Disfruta mucho de las gentes y lugares de Bolivia… Sigue esa estrella que se eleva sobre ti en la última foto. Seguro que te lleva a buen puerto.
PD: en la foto de tus pies…….esas piernas tienen que ejercitarse…..baja de piñon chicoooo…
PD2: menudas piernas….pareces Roberto Carlos…
Un abrazo Chemotas! ya sabes que cuando pase por España me cambio de bici y sigo con el píñon fijo!! jajaa Muchas gracias por el animo, sabes que lo agradezco mucho! abrazos!
Que lindo que estas passando!te felicito y te deseo buen viaje.Abrazo José
La verdad que hacer lo que uno mas disfruta es la mejor opcion! un abrazo y gracias por acompañarme!
Juan, desde hace in tiempo he seguido todas tus notas, me encantan tus fotos transmiten mucho lo que vives en cada una momento pedaleado. Me inspira mucho.
un abrazo.
Desde el fin de mundo, Ushuaia.
Muchas gracias Fabiola! son estos comentarios los que me hacen seguir adelante con una sonrisa!! espero que sigas acompañandome! un saludo desde Bolivia!!
No sé que escrebir… emocionante amigo! Una gran Bolívia para ti.
Muchas gracias!! te deseo todo lo mejor para el principio de tu aventura!!! quiero verte con esa equipacion a la espalda ya!! animo y a darme envidia!!
Muchas gracias!! te deseo todo lo mejor para el principio de tu aventura!!! quiero verte con esa equipacion a la espalda ya!! animo y a darme envidia!!
Impresionates fotos Juan! Que ganas de conocer este lugar! Sigue los buenos vientos!
Gracias Joana! un abrazo para ti!
navegando por la red acabo de encontrar tu pagina, y me parece buenísima, enhorabuena tío.
las aguas termales por la noche, IMPAGABLE!!!!
Muchas gracias Chivocol! bienvenido seas a este viaje! que lo disfrutes!
Hermoso relato y ni que decir de las fotos! Que la fuerza del cosmos te siga acompañando Juan. Un abrazo grande!
Muchas gracias compañero!! Me alegra muchisimo que disfrutes con los post! Un abrazo!!
no se si algun dia he escrito, pero que sepas que te sigo. me alegro que vayas encontrando estos pequenhnos tesoros tras dias y dias de pedaleo.
Hola! lo siento pero si no pones tu nombre no se quien eres!
Muchas gracias por la compañia!!
Hola Juan te he visto por la tv y me puesto a verte en tu aventura y me encantan tus fotos y como vives este viaje.Sigue disfrutando y que nosotros disfrutemos contigo.Un abrazo
Muchas gracias Marga! eres bienvenida a esta aventura! espero que la disfrutes!!
Acabo de verte por la tele.. Me has dejado sin palabras por tu hazaña quiero desde España mandarte un fuerte abrazó y desearte todo lo mejor en tu andadura … Cuídate y recuerda mucha gente está a tu lado aunque no nos veas.
Juan Villamor
Muchas gracias tocayo! mensajes como este me levantan el animo para seguir adelante con una sonrisa!! gracias!
Hola Juan… yo también he sabido de ti por el telediario, no he tenido tiempo de ver y leer todo lo qwe tienes en el blog, haber si poco a poco me pongo al día… lo poco qwe he visto/leido me parece… una pasada. Tienes fotos muy buenas y la pedazo de aventura (con sus pros y sus contras) qwe estas realizando no tiene precio, es algo qwe va qwedar grabado dentro de ti… increible… hasta otra.
Muchas gracias Rober!! un saludo y bienvenido!!
Buah! Pedazo de fotos ! Que viaje ! Genial tío …enhorabuena por la idea😜
Gracias Manuel!!
Gracias por permitirme seguir imaginando y viviendo para conseguir mis sueños!
Gracias a ti por acompañarme Paula!! bienvenida!!
te conozco de seguirte por aquí, me encanta la bicicleta y hecho inmensidad de rutas, pero ante esto solo puedo quitarme el sombrero y aplaudir cada pedalada que das, impresionante, muchos ánimos y mucha suerte.
Muchas gracias Javier! un saludo!
Que envidia amigo!!!he disfrutado de tus relatos como si los estuviera viviendo!!!te deceo mucha suerte hasta el final de tu Aventura!!!!! Carlos ;
un Uruguayo en Australia
Hola Carlos muchas gracias!! que bueno sentir tu compañia en este viaje!! un saludo para Australia!!